En el año 2013 me encontraba destinado en la Dirección General del servicio Logístico de la Defensa Ministerio de Defensa.

"El viaje a Haití ocurrió en el año 2013, fue con una misión del mantenimiento de la paz, bajo el mandato de Naciones Unidas con el Batallón HAITI 17- del Ejercito Argentino", contó.

"El mantenimiento de la paz ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces a disposición de las Naciones Unidas para ayudar a los países a recorrer el difícil camino entre el conflicto y la paz", agregó.

El mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se basa en ventajas singulares, como la legitimidad, la distribución de la carga y la capacidad de desplegar y mantener efectivos militares y policiales en cualquier lugar del mundo, integrándolos con el personal civil, para promover el cumplimiento de mandatos multidimensionales.

"El personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas inspira seguridad y aporta el apoyo político y de consolidación de la paz necesario para ayudar a los países a realizar la difícil transición inicial desde una situación de conflicto a otra de paz", señaló.

También explicó que el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se rige por tres principios básicos: Consentimiento de las partes: Imparcialidad; No uso de la fuerza, excepto en legitima defensa y en defensa del mandato.

"El mantenimiento de la paz es un mecanismo flexible y, en las últimas dos décadas, se ha desplegado siguiendo diferentes configuraciones. Actualmente hay 15 operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU desplegadas en cuatro continentes", detalló Garcés.

Los objetivos de las actuales operaciones multidimensionales de mantenimiento de la paz son no solo mantener la paz y la seguridad, sino también facilitar procesos políticos, proteger a los civiles, ayudar en el de excombatientes, apoyar la organización de procesos electorales, proteger y promover los derechos humanos y ayudar a restablecer el estado de derecho.

"Una de las misiones que también llevaba era la de poder ayudar a alguien y que mi estadía en Haití sea con algún propósito, a los pocos días que estábamos en la base de Gonaïves, nos fuimos juntando con un grupo de cristianos y leíamos la Biblia y orábamos por nuestras familias. Con la autorización del Jefe de Batallón formamos una Radio Cristiana, y logramos hacer la primera ayuda solidaria a una comunidad que necesita hacer el piso de una Iglesia que estaban construyendo, colaboramos con un poco de dinero y lo entregamos a Joscelyn Merisna para que compre el piso de la Iglesia; luego fuimos hacer un CIMIC (coordinación cívico militar en Haití) a esta comunidad y vimos el piso realizado. Fue realmente gratificante para mi sentir la sensación de hacer algo por el prójimo", destacó el entrerriano.

"Las dificultades más adversas fueron poder adaptarme a otro estilo de vida, el clima, calores sofocantes, el lenguaje (se habla en Haití el Creol-Frances), los cambios en los hábitos alimenticios, además Haití no tiene los servicios básicos, se debe administrar el agua, los alimentos, los recursos eran muy medidos, administrar la tecnología, la convivencia con mis compañeros, el desarraigo abrupto de la familia, del país y de las costumbres, entre otros temas", agregó.

El proyecto educativo "Forjando nuestra historia desde 1760"

"La iniciativa del proyecto educativo, cultural y solidario se remonta a unos pocos años antes de la inauguración de la escuela, teniendo un objetivo altruista. El cual surge como desencadenante de la impotencia producida tras las duras experiencias vividas en aquel país devastado. La injusticia social, la desigualdad humana y en general la crisis humanitaria vivida en primera persona, me llevaron a sentirme en deuda conmigo mismo", explicó Garcés.

Por esta razón, quedé en contacto con el Señor Joselyn Merisna, que frecuentaba la base pidiendo alimentos, uno de los pocos alfabetizados que tenia conocimiento de español, quien se siguió contactando de manera constante conmigo demandando ayuda, una vez terminada mi participación en la misión.

La barrera idiomática hizo que buscara colaboración mediante la organización de la Iglesia Adventista en ese lugar, logrando que se contactaran con aquel joven. Posteriormente descubrí una comunidad lejos de Gonaives, en una población pequeña llama- da "Don Diego" perteneciente a la Ciudad de Thomassique cerca de la frontera con Republica Dominicana, mínimamente organizada que en ese momento estaba necesitando una iniciativa Educativa. Allí pude trasmitir mi proyecto "Educativo, Cultural y Solida rio que había escrito. Tuvimos contratiempos, ya que Haití se encuentra a más de seis mil (6.000 km) kilómetros de distancia de la República de Argentina; sin dinero y otros problemas que afectaban la moral la iniciativa educativa continuo me comunicó que con un Pastor adventista de Haití llamado Herold Charite (recibido en teología en la Universidad Adventista de Puerto Príncipe y que entendía el español) y al comentarle la iniciativa fue recibida con gran entusiasmo. Fuimos consensuando ideas, planificando los comienzos; a su vez este traductor vivía en el Pueblo "Don Diego". La comunicación con el traductor fue cada dos semanas ya que no tienen luz ni tampoco internet.

Finalmente el nombre a la Escuela fue "Escuela Don Diego-Villaguay" por el pueblo Don Diego y Villaguay-provincia de Entre Ríos por haber nacido yo en esa ciudad entrerriana.

Proyecto Haití

El pueblo "Don diego" no tiene luz ni agua. La comunicación con el traductor era cada dos semanas y otras veces era una vez al mes. Comencé en mi pueblo de "Villaguay" repartiendo en una bicicleta 22

"El dinero se envía mediante Wenster Unión, y desde la primera donación ellos respondieron mediante la transparencia realizando videos y fotos en cada entrega recibida. Las donaciones eran recaudadas por un grupo de voluntarios en las alcancías distribuidas en diversos negocios solidarios de la ciudad de Villaguay. Actualmente contamos con 22 alcancías, además de nuevos métodos de recaudación, como hacer pizzas, por ejemplo", relató.

Dicho proyecto tiene por fundamento; poder apadrinar, ayudar a los necesitados

Una escuelita rural sostenida por la ciudad entrerriana de Villaguay

Muy cerca de la frontera haitiano-dominicana. Es necesario destacar que la escuelita fue creada por iniciativa del Suboficial del Ejército Argentino David Garcés, hoy Suboficial Mayor, durante los seis meses en los que prestó servicios a Haití como Casco Azul en 2013, en el batallón 17 de la MINUSTAH.

Cuando Garcés visitó el paraje quedó muy impresionado por la desolación, el abandono y la miseria de esa región de Haití. Tal impronta humanitaria digna de mención lo llevó a sentirse en deuda consigo.

A principios de 2019 visitamos con mi esposa un muy precario establecimiento educativo en medio del campo haitiano, la Escuela Don Diego Villaguay ubicada en Thomassique, distrito de LaSource, y enseguida comenzó a indagar de qué manera podría ayudar a los más chicos de allí, tan necesitados y desprotegidos.

Al volver a su Villaguay natal, en nuestra Provincia de Entre Ríos, elaboró un Proyecto Cultural Solidario que consistía en levantar una escuela con tirantes y chapas de zinc, ubicada en una remota población de un país que no tenía casi nada. Conversó con autoridades, instituciones y con el Pastor de su Iglesia Adventista del Séptimo Dia, que apoyó enseguida su proyecto.

Fue así que nació la Escuela Don Diego Villaguay, cerca de Thomassique, que aún es sostenida por la solidaridad de la ciudad entrerriana de Villaguay mediante alcancías diseminadas por las tiendas de la ciudad entrerriana.

Por medio de la Iglesia Adventista, muy presente en Haiti, Garcés tomó contacto con el Sr Herold Charite quien, a su vez, me visitó en la embajada a fines de 2018 para hablarme de la escuela. Su relato me impreosionó y decidió visitarla. El trayecto hasta Thomassique era de unos 70 km, con caminos nos sumamente precarios al salir de la ruta 3, a partir de la ciudad de Hinche, hacia la frontera dominicana y demoraba más de dos horas. Los efectivos de Gendarmeria, como siempre, realizaron primero un viaje de reconocimiento.

Llegado el momento, mi esposa y yo fuimos a Thomassique, luego de haber comprado, con mis fondos personales, alimentos y golosinas para unos 150 chicos. La escuela había comenzado con 34 alumnos, pero fue creciendo.

"Según me relataron después, la comida alcanzó para tres días. Primero, visitamos al intendente de Thomassique; luego, hicimos el corto trayecto hasta la escuela más humilde que conocí en mi vida. Atrás de los tirantes de madera y las chapas de zinc aguardaban unos 150 chicos expectantes de la primaria, algunos padres y los pastores adventistas. Conversamos un rato con los chicos, sus padres y los pastores que nos traducían del créole. Luego, repartimos la comida y las golosinas", rememoró.

"Pregunté qué le faltaba a la escuela y la lista era larga, comenzando por paneles solares por los constantes cortes de energía. Había más aulas que maestros, pocos y muy solidarios, ya que sólo cobraban una miseria cuando llegaba la escasa ayuda de Villaguay, pues el Estado haitiano no se hacía cargo de sus salarios. Me comprometí a procurar ayuda económica, pero, lamentablemente, sólo pude transmitir mi inquietud meses después a la Iglesia Adventista de Haití, cuando fui a Les Cayes, y a los pastores de Entre Ríos al regresar a Buenos Aires", indicó.

El proyecto "libros para la escuela Haitiana "Escuela Don Diego-Villaguay"

David Garcés, impulsado por su experiencia en Haití en 2013, fundó la escuela primaria “Don Diego-Villaguay” en 2017, como relató el mismo en la nota y ahora lidera junto a la periodista Silvia Galea de Paraná, una campaña solidaria para reunir libros, para dicha escuela.

“El proyecto nació en Villaguay, donde vivía en ese entonces. Presentamos la idea a la comunidad y con el apoyo de 22 alcancías distribuidas en comercios solidarios pudimos reunir fondos para comenzar. Recorría en bicicleta los negocios, explicando el proyecto, y muchas personas se sumaron a la causa. Gracias a eso, comenzamos con 34 alumnos, y hoy la escuela tiene 150 estudiantes”, contó Garcés.

El proyecto, que lleva el nombre de Villaguay en reconocimiento a la ciudad que lo vio nacer, busca ampliar sus horizontes. Recientemente, junto con Silvia Galea, periodista y gestora social de Paraná, impulsaron la creación de una biblioteca solidaria para la escuela.

“La idea surgió este año cuando Silvia me propuso armar la biblioteca. No dudé en decir que sí. Desde entonces, ella ha trabajado incansablemente pidiendo libros y contactándose con personas solidarias. Escritores como Juan Ignacio Garasino, desde Concordia, también han apoyado la iniciativa”, relató luego.

Un aula en una escuela de Haití fue bautizada con el nombre de un militar y escritor concordiense. "La solidaridad sana el alma, nos enseña a mirar hacia el costado y ayudar sin esperar nada a cambio. Esa gratitud interna no tiene precio”, finalizó Garcés.