VIDEO | Qué fue de la vida de Enrique Fischer, el músico y escritor gualeguaychense conocido como "Pipo Pescador"






Enrique Daniel Fischer (Pipo Pescador), es un escritor, músico y autor teatral, oriundo de Gualeguaychú, Entre Ríos, nació el 29 de abril de 1946. Es padre de Carmela Fischer Díaz, su única hija.
Es hijo de Agustín Fischer y Elba Larrama de Fische y cuenta con el honor de haber sido nombrado ciudadano ilustre en su ciudad natal. Tiene ascendencia alemana, por parte de su padre, e italiana y vasca por el lado de su madre.
Su padre fue martillero, rematador de hacienda, y ello le permitió criarse muy cercano y vinculado al campo y los animales. Su nombre real tiene relación con su apellido real, Fischer en alemán significa Pescador.
En cuanto a su apodo "Pipo", contó el mismo Enrique: "Viene de un empleado que tenía mi papá en el escritorio de remates en calle 25 de Mayo casi Chacabuco. Ese empleado se llamaba Pipo Mogas. Él fue todo un personaje en mi niñez. Usaba sombrerito inclinado, a lo malevo. Era un ser muy tierno y encantador y le decían Pipo. En mi familia cuentan que cuando nací, él dijo que me iba a llamar Pipo. Nunca les pregunté a mis padres si esa historia había sido cierta, pero la única referencia que se tenía de ese apodo era Pipo Mogas", relató.
En un principio concurrió a la Villa Malvina, que había abierto el Jardín de Infantes para varones. Sin embargo, al poco tiempo se cerró esa posibilidad y pasó a la Escuela Normal “Olegario Víctor Andrade” (ENOVA). Se graduó de bachiller en el Colegio Nacional de Gualeguaychú.
Corría el año 1962 e inició sus estudios en escenografía, en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Se instaló en Buenos Aires, en la ciudad de La Plata. Económicamente se mantenía con trabajos en jardines de infantes y animaciones de eventos infantiles.
En 1969 escribió el icónico tema musical “El auto de papá”, que ocupa un lugar central en el cancionero tradicional no sólo de Argentina sino de varios países, en especial de Latinoamérica.
“La magia de leer”, “El libro de los chicos valientes”, “Palabras para una maestra jardinera” y “María Caracolito” son tan sólo parte de una gran cosecha de su autoría.
En 1972 debutó en un auditorio llamado Río de la Plata y rápidamente le llovieron las propuestas laborales y fue invitado a numerosos programas de televisión, hasta que llegó el momento de tener su propio espacio televisivo. Al año siguiente protagonizó el filme Luces de mis zapatos dirigido por Luis Puenzo. Durante muchos años compaginó el trabajo en teatro con su labor como escritor para niños. Su canción "El auto de papá" forma parte inamovible del cancionero tradicional argentino y español, especialmente al ser popularizada por el trío de payasos españoles Gaby, Fofó y Miliki.
Desde 2012 hasta 2015 presentó sus "Tangos desaforados" para adultos en diversos teatros de Buenos Aires. En 2015 la Editorial Colihue reeditó varios de sus libros más famosos.
En 1981 y en 1991 se le otorgó el Premio Konex con diploma al mérito infantil y corrió al año 1988 le entregaron el Premio Argentores por su trabajo del Cancionero Mágico.
Publicó el libro Maria Caracolito, en 1997, que aborda la temática del síndrome de Down y que auspició la UNESCO.
Este mismo año editó además el libro Magia de leer. La adaptación teatral del libro fue un éxito en España, que se presentó en 30 ciudades. También es autor de otras tantas obras literarias infantiles, entre las que destacan: Libro Loco, Libro de cabecera. Presentó un espectáculo de ópera para infantes, en el Teatro Colón, con el auspicio de la prestigiosa Fundación Konex.
En 1998 fue distinguido con el Premio Ace por su actividad en el teatro. Recibió el Premio Santa Clara de Asís y lo declararon hijo ilustre de su ciudad natal. En el año 2002 recibió el Premio Carlos Gardel por su aporte a la música.
En 2007 compuso un tema contra la instalación de las papeleras que se cantó como himno en las protestas llevadas a cabo por los ambientalistas argentinos.
Fue también impulsor de la causa ambiental contra las pasteras, que en ese año, enfrentó seriamente a la Argentina con el Uruguay, tras la inauguración de la pastera justo frente a su ciudad natal, Gualeguaychú.
También ganó con el Premio Estrella de Buenos Aires, y recibió premios en Italia y en España: Zecchino D'Oro (canción infantil) y el Premio María Guerrero del Teatro Chupete, respectivamente.
En el 2009 lo declararon personalidad destacada de la cultura de la Ciudad de Buenos Aires.
En su ciudad de nacimiento en 2015 participó en el Jurado que eligió la bandera de la ciudad entrerriana.
Hoy Enrique Fischer o Pipo Pescador para los argentinos, vendió todo lo que tenía en Argentina y se instaló en Alemania junto a su hija Carmela, su yerno Guillermo y sus dos nietos.
Pipo Pescador, que tiene 77 años, vive desde 2015 en una ciudad pequeña, de solo 15 mil habitantes, llamada Eberbach. El lugar está rodeado de montañas y ritos medievales.
"Aquí ocurre algo bellísimo a la hora de escuchar las obligaciones del vendedor. El notario explica que se mantiene la regla medieval de abrir puertas y ventanas horas antes de la firma para que los espíritus puedan salir", relata.
Y agregó que: "En este lugar se vive tranquilamente, con muchas garantías. Uno sabe que frente a cada circunstancia que tenga que enfrentar hay una salida y hay previsto algo. Es una de las muchas razones por las cuales vine".
Fischer dice que viviendo en el Viejo Continente pudo reencontrarse con sus raíces alemanas. "Yo no vine aquí a añorar lo que dejé. Ahí ves mi parte alemana. Si me voy a pasar añorando lo que dejé: ¿Para qué lo voy a dejar? Vine porque decidí darle a mi hija el tiempo que no le di antes. Carmela nació en enero de 1972, y en enero de 1972 me contrató Canal 13. Yo iba a verla un ratito y ya me tenía que ir, pobre hija se crió con mucho amor pero así", recordó.
"Quería ayudar a mí hija en todo lo que pudiera, ya que arrastro una vieja deuda de atención con ella, porque durante su niñez no pude darle lo que hubiera querido, abducido totalmente por el éxito y el trabajo como Pipo Pescador", señaló cuando le preguntaron cuánto influyó su familia en su decisión de irse a vivir a Europa.
"También necesitaba estar con mis nietos. Sentí un fuerte deseo de vivir mi etapa de abuelo, sin perderme parte de su infancia (el varón tenía 5 años cuando me vine a Alemania). Ese deseo me hizo cerrar el proyecto que llevaba adelante, vender todo y salir del país", mencionó.
El artista contó que pudo ver a sus nietos crecer, la mayor de ellos ahora se mudó a Berlín a estudiar arquitectura. Hizo referencia además a la tranquilidad de dejar la bicicleta o las botas en la puerta de la casa, sin que nadie las toque.
"Mi nieto deja la bicicleta en la puerta un mes y jamás le va a faltar. Acá no existe el robo. No tenés que estar alerta. La policía te conoce. Conoce a los niños. Una vez llevé a mi nieto chiquito a jugar a un parque. Se dejó la mochila de la escuela. A la hora que llegamos cayó en casa un auto de la policía con la mochila. Se la devolvieron. ¿Oíste?".
Sobre su ciudad natal Gualeguaychú, Enrique Fischer dijo: "Gualeguaychú es mi tierra. Mi verdad primera y última, mi verdad definitiva. Mis cenizas van a ser desparramadas en el río Gualeguaychú. Esta ciudad es una fuente inagotable de creación e inspiración. Es una ciudad especial y no se parece a ninguna. No conozco ciudad que tenga el nivel intelectual y al mismo tiempo ese don solidario que se expresa en cada esquina, en cada barrio. Gualeguaychú fue mi escuela, con todo el potencial que expresa esa idea. Tuve los mejores maestros, conocí los mejores lugares. Gualeguaychú es una ciudad que tiene un estilo de vida fabuloso y fascinante. Encima tiene un río maravilloso”.