Entre Ríos recibió hasta un 10 por ciento menos de coparticipación en el primer semestre del año y encienden las alarmas

Por Franco Lizarzuay, especial para NOVA
Según datos oficiales, los fondos transferidos por el Gobierno nacional cayeron entre un 9 y un 10 por ciento en términos reales respecto al mismo período de 2023 y 2022. A pesar de un aumento nominal en la recaudación general, la pérdida del poder adquisitivo y la estructura tributaria actual provocaron una baja significativa en los recursos que llegan a las provincias.
En efecto, mientras los ingresos nacionales crecieron un 58 por ciento nominal -impulsados por aportes a la seguridad social, combustibles y retenciones-, la porción que se coparticipa a las provincias aumentó solo un 57,6 por ciento, por debajo de la inflación acumulada, lo que se traduce en una pérdida concreta de capacidad financiera.
Municipios entrerrianos, en situación crítica
La merma también se refleja con crudeza en los municipios. Durante el primer trimestre de 2025, las transferencias a gobiernos locales cayeron un 6,9 por ciento en enero-febrero y un 9,7 por ciento en marzo, en términos reales. Las consecuencias son inmediatas: menos fondos para servicios, pagos atrasados y freno a obras públicas.
Según el presupuesto provincial, algunas ciudades sufrirán una caída considerable en sus ingresos por coparticipación este año:
-Paraná: perderá 11.700 millones, lo que representa una baja del 24,5 por ciento.
-Concordia: dejará de percibir 8.050 millones, un 27,7 por ciento menos.
-Gualeguaychú: sufrirá una caída del 35 por ciento, equivalente a 10.300 millones.
-Villaguay: recibirá un 41 por ciento menos de fondos que en 2024.
Desde el Foro de Intendentes Justicialistas advierten que muchos municipios “ya no pueden garantizar el funcionamiento de los servicios básicos con los ingresos actuales” y que el recorte golpea especialmente a las comunas más pequeñas, donde no hay margen de recaudación propia.
¿Una cuestión técnica o política?
Si bien las cifras respaldan el descenso, especialistas del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP) coinciden en que el problema no es solo numérico, sino político.
Explican que los impuestos que más han crecido -como retenciones, aportes y combustibles- no forman parte del régimen de coparticipación, lo cual reduce los fondos transferibles. Solo se distribuyen IVA, Ganancias y el Impuesto al Cheque, cuyos desempeños han sido más modestos frente a la inflación.
A esto se suma una crítica recurrente al gobierno de Rogelio Frigerio: la falta de iniciativa para plantear una redistribución más equitativa de los fondos nacionales. En lugar de reclamar una reforma tributaria federal o promover acuerdos en el Consejo Federal de Inversiones, la provincia ha optado por aceptar ayuda financiera discrecional a través de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que crecen en 2025 pero no resuelven el problema estructural.
Un esquema fiscal en discusión
A nivel nacional, las transferencias automáticas a las provincias se derrumbaron un 26 por ciento real interanual en mayo, según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). En paralelo, los ATN aumentaron un 204 por ciento real en lo que va del año, transformándose en una herramienta de compensación arbitraria, que depende de la relación política entre Nación y cada gobernador.
En este contexto, los especialistas advierten sobre la necesidad urgente de revisar el sistema de coparticipación federal, vigente desde 1988, y de generar un esquema más transparente, estable y justo, que contemple el esfuerzo de las provincias y garantice autonomía fiscal.