Según informaron fuentes policiales, Laurta fue detenido de inmediato y se convirtió en el principal sospechoso del doble femicidio. Al momento del operativo, el hombre se encontraba organizando un viaje en taxi hacia la frontera con Uruguay, lo que refuerza la hipótesis de una posible fuga internacional.

El caso tomó estado público el sábado, cuando los cuerpos de Giardina y Zamudio fueron hallados sin vida en la vivienda familiar.

A partir de ese momento, comenzó una desesperada búsqueda de Pedro, cuyo paradero se desconocía. Las cámaras de seguridad y los datos de geolocalización permitieron a los investigadores rastrear al sospechoso hasta la provincia de Entre Ríos, donde finalmente fue capturado.

Fuentes judiciales revelaron que Laurta tenía antecedentes de violencia de género. La madre del niño había escapado tiempo atrás de Uruguay, denunciando un intento de estrangulamiento por parte de su expareja. En Córdoba, la mujer había intentado recomenzar su vida junto a su hijo, lejos de la violencia.

Además, trascendió que el acusado formaría parte de un grupo denominado “Varones Unidos”, vinculado a discursos antifeministas y de odio hacia las políticas de igualdad de género, lo que abre un nuevo foco de análisis sobre las motivaciones detrás del brutal crimen.

Pedro se encuentra actualmente bajo resguardo de profesionales y autoridades de la Secretaría de Niñez, quienes evalúan su estado físico y emocional. En tanto, el Ministerio Público Fiscal avanza con la imputación formal de Pablo Laurta, quien enfrentará cargos por doble femicidio agravado y privación ilegítima de la libertad.

La sociedad argentina sigue conmovida por un nuevo caso de violencia extrema que pone en evidencia la persistencia del flagelo del machismo y la urgencia de fortalecer las políticas de protección para mujeres y niños víctimas de agresores reincidentes.