Panorama Político de Entre Ríos
El horno no está para bollos

A puro conflicto

Los cuestionados: Miguel Sedoff, ministro de Educación de Misiones y Oscar Alarcón, ministro de Salud Pública de Misiones. (Dibujo: NOVA)

En Misiones ya comenzó extraoficialmente la campaña de cara a las elecciones legislativas provinciales decretadas para el 6 de junio próximo. Al menos así parecen entender los dirigentes opositores y los sindicatos no alineados al Frente Renovador de la Concordia (que gobierna desde casi 20 años), quienes en los últimos días vienen elevando el tono de los reclamos y donde ya se presagia un aumento en la tensión.

Mientras el gobernador Oscar Herrera Ahuad ensaya un acercamiento estratégico con la Casa Rosada, la oposición en Misiones busca aprovechar los errores no forzados dentro del partido conducido por Carlos Rovira. Los recientes escándalos públicos y las denuncias contra algunos funcionarios, propiciaron una purga dentro del gabinete provincial como hace años no ocurría.

Al gobernador misionero le complican la vida hasta sus propios “Jugadores” que se encargan de generarle más conflictos y dinamitarle el escenario político, es el caso que protagonizó ésta semana el nuevo ministro de Industria misionero, Nicolás Trevisan, quien apenas ha cumplido un mes en el cargo, ya le detonó una “bomba mediática”, un problema más para Herrera y para el Gobierno renovador.

Es que el actual titular de la cartera industrial envió una carta documento a medios misioneros con la intención de impedirles publicar y replicar sus ya conocidos “Posteos del odio”, publicaciones que él mismo difundió en sus propias redes sociales con fuertes críticas al Gobierno misionero del cual hoy forma parte y que hoy pretende que la prensa misionera no se haga eco de ellos.

En aquellas publicaciones, también realizaba duras críticas al modelo e iniciativas de la política económica que ponía en práctica el presidente Albero Fernández.

En los últimos meses, todo incidente mediático que salpique al Gobierno termina con el despido de un funcionario. Pero marzo también es un mes especialmente tenso en la provincia.

El inicio del ciclo lectivo en Misiones, previsto para el próximo lunes 9, se presenta como otro foco de conflicto. El Gobierno viene apurando la vuelta a las aulas desde el año pasado con el apoyo de los gremios docentes más cercanos. Sin embargo, en los últimos años fueron ganando terrenos los trabajadores de la educación no alineados con ningún sindicato y que se organizan en redes sociales.

Estos docentes “autoconvocados” lograron una importante victoria el año pasado al conseguir, mediante manifestaciones y hasta con cortes de ruta, un aumento salarial por encima del acordado previamente por los gremios tradicionales.

Envalentonados por la representatividad ganada, los “autoconvocados” ahora lanzaron un paro de 48 horas justo para el día en que deberían iniciar las clases. Toda una afrenta para Herrera Ahuad, quien intenta mantener la casa en orden de cara a las elecciones.

El coronavirus expuso como nunca la precariedad del sistema escolar misionero, donde hay regiones sin conectividad a internet ni a servicios de telefonía, además de que algunos edificios se encuentran en pésimo estado, sin contar las escuelas-rancho que todavía existen y dónde difícilmente se puedan cumplir los protocolos sanitarios.

Los docentes autoconvocados entienden que no están dadas las condiciones para el regreso a las clases, pero además rechazaron la paritaria nacional, por lo que las medidas de fuerza, que también incluirán movilizaciones, tienen como objetivo el apoyo a los docentes de otras provincias que también están en conflicto. Además exigen la renuncia del ministro de Educación de Misiones, Miguel Sedoff y de todo su gabinete, por considerar que desempeña un “papel nefasto en la conducción de su cartera, actuando de manera criminal obligando a la comunidad educativa a concurrir a las escuelas en las condiciones más calamitosas de exposición al Covid-19”, como señala uno de los párrafos del comunicado mediante el cual convocaron al paro.

Lo real y concreto es que los últimos días no han sido nada felices para las autoridades del oficialismo misionero porque también empiezan a despertarse ciertas sospechas sobre el manejo del plan de vacunación que se está llevando adelante en distintos centros toda la provincia, que se vieron colapsados y donde hasta se vacunaron personas sin tramitar los turnos vía online, condición que había impuesto el mismo Gobierno de Misiones.

Por eso mismos, desde el arco opositor integrado por legisladores misioneros, presentaron el 25 de febrero un pedido de informe para que la cartera sanitaria provincial, conducida por Oscar Alarcón, blanquee la totalidad de los datos de los inmunizados hasta el momento contra el coronavirus.

La intención es que se detalle -cosas que no ha ocurrido hasta ahora-, el operativo que se está llevando a cabo en la provincia, los plazos, costos, el alcance, la cantidad de dosis que se espera recibir y cómo se proseguirá con la selección de grupos a vacunar, una vez finalizado el esquema del personal de salud definido como esencial. Esto sumado a especificar, cuál es el criterio de priorización poblacional y de distribución geográfica de la vacuna, son algunos de los cuestionamientos de la oposición. Como también cuál es la cantidad de misioneros que recibieron la primera dosis y la de aquellos que ya completaron el esquema de vacunación.

El mes de marzo siempre es conflictivo para el Gobierno misionero porque se juntan la mayoría de las discusiones salariales, potenciadas este año por el contexto de pandemia y las elecciones que están a la vuelta de la esquina. Mientras Herrera Ahuad intenta evitar que su gabinete siga saliendo en los medios por algún escándalo nuevo, también enfrenta el embate de la oposición mientras apura una alianza -indispensable pero signada por la desconfianza- con Alberto Fernández. El gobernador sabe que el verano de Misiones es caliente aunque “el horno no está para bollos”.

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