Judiciales y Policiales
Relatos de la víctima

Gilbert: el intendente de la localidad con graves denuncias de abuso sexual

"Me acuerdo de estar observando para el costado y sentir que mi alma salía del cuerpo", relata la víctima, Verónica Portillo.
Ángel Constantino, el intendente con graves denuncias por abuso sexual.

Verónica Portillo relató el calvario que tuvo que padecer por parte de Ángel Constantino, intendente de Gilbert. Ya otras mujeres acusaron al jefe comunal de esa localidad de Entre Ríos, que no quiere renunciar mientras lo investiga la Justicia.

Todo se inició en 2015: “Mi entonces pareja, sobrino del intendente Ángel Constantino, decidió que su tío sea el padrino de nuestro hijo más chico. A partir de esa decisión él se acercaba, me abrazaba y me decía cosas”, relató Portillo.

Verónica Portillo, nacida en Gilbert, provincia de Entre Ríos, escogió la frase inicial para narrar el calvario que sufrió por parte de Constantino, actualmente intendente de su pueblo, a quien denunció en 2021 en la Fiscalía de Gualeguaychú por abuso sexual con acceso carnal.

De 2015 en adelante las situaciones de acoso y abuso se daban de manera frecuente, especialmente en cada cumpleaños y reunión familiar. Esto lo manifestó Portillo en la segunda denuncia que realizó ante la doctora Martina Cedrés, titular de la Unidad Fiscal de Gualeguaychú.

“En aquel año empecé a ser acosada. Constantino me abrazaba de una manera horrorosa. Me apretaba y me tocaba la cola mientras me abrazaba. Era asqueroso. En ese momento hablé con una cuñada de él y me dijo que le había sucedido lo mismo”, dijo Portillo.

La auxiliar de enfermería, que debió renunciar a su empleo en un geriátrico en la localidad entrerriana de Urdinarrain, contó que lo peor comenzó a acontecer en 2021. “Se me había roto el auto, se había fundido, entonces lo estaba arreglando. Era un presupuesto viajar de pueblo a pueblo. Entonces él (Constantino) le dijo a mi exmarido que se ofrecía a llevarme”.

Portillo continuó: “Mi exmarido decía que me iba a acompañar, pero a último momento se bajó. Argumentó que los nenes se iban a quedar solos. Lo mismo sucedía cuando yo salía de trabajar. Él decía que iba a ir a buscarme pero no estaba”.

En su denuncia, la madre de tres hijos de 11, 9 y 7 años, sostuvo que el intendente de Gilbert aprovechaba cada viaje para intentar tocarla. “Me ponía la mano y yo se la sacaba. Él la volvía a poner. Una tarde se desvió del camino y ahí fue cuando quiso abusarme. Se bajó de la camioneta, yo no quería sacarme el cinturón. Él se bajó los pantalones, hasta que yo le dije que quería llegar a casa. Y nos fuimos”.

Lejos de frenar su repugnante accionar, Portillo remarcó que Constantino incrementó su intensidad al mismo tiempo que la amenazaba con contar lo que pasaba: “Me decía que si hablaba iba a echar a mi papá (también trabaja en la municipalidad) y a mi exmarido. Que nos íbamos a quedar todos en la calle. También me decía que las mujeres somos un objeto”.

Para Portillo fue imposible recordar con exactitud la cantidad de veces que viajó con Constantino, aunque sí se animó a precisar que no fueron más de 10. “En la última volvió a hacer lo mismo. Fue a la mañana, antes de ir a trabajar. Se desvió del camino y se me tiró encima. Yo solo miraba pasar los autos. Me acuerdo de estar observando para el costado y sentir que mi alma salía del cuerpo. Ni sé cómo me vestí”, relató.

Tras aquel episodio, los viajes se terminaron. Portillo se negó a subir a la camioneta de Constantino y de a poco se animó a revelarle a su círculo más íntimo todo lo acontecido. Fueron ellos quienes la disuadieron para que radique la denuncia.

“Me costó un montón denunciarlo, armar un rompecabezas que yo tenía en la mente. Ahora está más ordenado, pero en ese momento era un rompecabezas que tenía que armarlo. Se lo dije a una amiga. Sentía culpa y vergüenza. No pude contar todo al principio. Hasta que fui a contarle a mi abogado y me ayudó a realizar la segunda”, expresó.

Y añadió: “Él sigue trabajando en la intendencia. No me dijo nada. Nunca más tuve contacto con él, solo hasta que me puse de novia, y un día me llamó para decirme ‘qué tarde te traen’. Entonces le dije que le iba a contar a mi ex todo lo que había hecho y que lo iba a denunciar”.

Respecto al rol de su expareja, Portillo explicó: “Todas las situaciones que viví estaba él cerca. Para mí que se dio cuenta. Una vez atendió el teléfono, era Constantino, y lo tuvo que parar. O si íbamos a algún lado me preguntaba por qué bajaba de la camioneta o por qué tenía esa cara. Cuando le dije que no me mandara más porque me incomodaba él no siguió preguntándome".

“Hoy siento miedo. Se hizo público todo y me cuesta mucho la mirada ajena, más en un pueblo chico. Me duele que pongan en duda lo que yo pasé. No se lo deseo a nadie. Tuve que renunciar, y hoy vivo con mis tres hijos gracias a la ayuda de mi papá y al dinero que me pasa mi ex”, finalizó.

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