Paraná
Se suspendieron las clases

Paraná: el uso de un insecticida contra el dengue afectó a docentes y alumnos de una escuela

Las aplicaciones se realizaron el sábado 3, a primera hora de la mañana, pero en uno de los establecimientos, en la Escuela 75 Del Bicentenario, algo salió mal.

En un operativo que se llevó a cabo en cuatro escuelas de Paraná, el Consejo General de Educación (CGE) de Entre Ríos dispuso la fumigación de los edificios como parte de las tareas de combate contra el aedes agipty, el mosquito transmisor del dengue.

Las aplicaciones se realizaron el sábado 3, a primera hora de la mañana, pero en uno de los establecimientos, en la Escuela 75 Del Bicentenario, algo salió mal.

La comunidad educativa tomó conocimiento de la fumigación el mismo sábado, cuando el rector del colegio público, donde se dicta en turno mañana y tarde educación de nivel primario y secundario, Mauricio Godoy, informó al grupo de docentes de las tareas que se estaban llevando adelante en el edificio.

Y fue el lunes temprano, con el inicio de clases, en el ingreso a las aulas, cuando los estudiantes y docentes comenzaron a percibir un fuerte y penetrante olor del pesticida que de inmediato causó irritación en las fosas nasales y fuerte dolor de cabeza que impedía desarrollar el trabajo con normalidad.

El personal solicitó que se suspendan las actividades pedagógicas para poder limpiar y ventilar las aulas, de modo de despejar los químicos residuales, según se relató a ERA Verde.

Pero la autorización no llegó enseguida, sino recién aproximadamente a las 11, cuando el rector no esperó más y decidió interrumpir el dictado, enviando a los alumnos a sus casas porque, en efecto, mucho de ellos comenzar a sentir molestias que los obligó a retirarse antes de la escuela, totalmente descompuestos.

También, el turno tarde suspendió las actividades para poder asear las aulas, tarea que se tornó dificultosa porque las ordenanzas también fueron afectadas por la deriva tóxica que quedó encerrada en el edificio.

Sin embargo no todo quedó así. Entre los grupo de padres y madres en la red social “whatsApp”, así como los de docentes, comenzaron a alertar de que continuaban las consecuencias en la salud de quienes tomaron contacto con el pesticida en la escuela: dolor de garganta, irritación en los ojos, ronchas en la piel como producto de una severa reacción alérgica, jaquecas, hinchazón en las manos e incluso varios con vómitos.

Hubo un caso de un estudiante que fue derivado al centro de salud donde recibió las primeras atenciones. El problema se suscitó porque los profesionales de la salud no sabían qué tratamiento darle porque desconocían la formulación química que le produjo los síntomas de intoxicación y que obligó a colocar oxígeno con asistencia respiratoria.

De acuerdo a lo que explicó un profesional con conocimiento en control de plagas urbanas, el producto utilizado, pemetrina, con el nombre comercial “Depe” es el que usualmente se utiliza para los casos de combate del mosquito del dengue.

Pero según entendió el experto, se tendrían que haber tomado recaudos, presentarse personal el domingo, abrir las aulas, o en todo caso el lunes, unas horas antes del ingreso de los niños y niñas, airear y limpiar el mobiliario, para retirar el producto residual que pudo haber quedado depositado en bancos y pupitres.

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